Jamás había
oído hablar de Paul Auster hasta que en el año 2006 recibió el Premio Príncipe
de Asturias . Todo el mundo vanagloriaba el trabajo de este tipo , así que me
hice con una de sus obras y me la leí . No recuerdo cual fue exactamente ya que
detrás de aquella vinieron unas cuantas más , y de verdad estuve de acuerdo en
que estaba ante uno de los mejores escritores contemporáneos .
Tiempo
después con “Viajes Por El Scriptorium” ya me llevé la primera decepción , y
más tarde unas cuantas más con los
libros que le siguieron . He llegado a pensar que quizás se le ha ido un poco
la cabeza con tanta fama .
Sin embargo “Leviatán”
siendo una de sus novelas más famosas , no la había leído . Recientemente cayó
en mis manos y me enganchó desde el principio . De nuevo me he encontrado al
Paul Auster neoyorkino , laberíntico y mago que atrapa al lector en una trama
donde realidad y ficción se mezclan hasta un punto indistinguible.
Los
personajes, como en todas las novelas de Auster, son quizás lo mejor de la
historia. Son complejos, cambian según las circunstancias, viven, sufren y
sienten a cada momento, cuestionándose su vida, y tomando decisiones que marcan
a veces un giro de 180 grados en sus trayectorias vitales. Aparte de los
protagonistas es fascinante el personaje de María Turner, inspirado en la
artista conceptual Sophie Call, que también aparece reflejada en otras novelas
de Auster. María es una mujer atractiva, dedicada a la fotografía y muy
inteligente, que tendrá una influencia decisiva en las vidas de los dos
protagonistas. El elenco de personajes es muy amplio, y todos están retratados
con una extraordinaria viveza, hasta parecer personas reales; esta capacidad es
una de las mejores bazas de Auster y uno de los atractivos principales de la
novela.
Junto a la
riqueza de caracteres, el autor nos habla de la importancia de la amistad, de
los giros imprevistos del destino, de las casualidades o pequeños
acontecimientos que generan una sucesión de hechos imprevisibles, es decir, del
hecho de que nuestras vidas están tejidas de sucesos más o menos nimios que van
marcando de forma inevitable nuestra trayectoria vital. Vamos tomando
decisiones y descartando caminos, pero casi siempre es la suerte -o la
desgracia- la que nos lleva a una encrucijada u otra diferente. Frente a esta
realidad, nuestros valores, nuestras convicciones, aquello en lo que creemos,
constituyen nuestra mejor tabla de salvación. Los personajes de Auster tienen
una fuerte personalidad, y ello se refleja en sus decisiones. Son
supervivientes, y tratan de buscar, dentro de sus posibilidades, el camino
hacia la autorrealización, es decir, el camino de la felicidad. Sin embargo,
muchas veces la intervención fatal de los hados puede truncar ese camino y
lanzarlos por derroteros imprevisibles. Como la vida misma.
Es de esos
libros que te atrapan y que cuesta trabajo soltar. Es Paul Auster en estado
puro, y sin duda uno de los libros más relevantes de su trayectoria.
Imprescindible para los austerianos convencidos, y una buena forma de iniciarse
para aquellos que aún no lo conozcan.